Podoroska relata sus inicios, lo que implicó radicarse en España a sus 15 años, sus lesiones y transformación como deportista. Tiene una meta: dar su mejor versión en los Juegos Olímpicos.
Nadia Podoroska termina su entrenamiento y se va directo a jugar al frontón. A los 5 años, pule su juego de golpes en el Club Fisherton, en Rosario, Santa Fe. Allí hizo gimnasia, natación, vóley, hockey y fútbol. Pero ella ya eligió el deporte que la acompañará a lo largo de su vida: el tenis.
El tiempo pasa y a los 15 años se da cuenta que Sudamérica tiene pocos torneos femeninos para competir y seguir mejorando tenísticamente. De modo, que decide asentarse en Alicante, España. Sin embargo, la distancia con las costumbres argentinas, a una edad temprana, le traen clogra las semifinales de Roland Garros