San Lorenzo le ganó en el final con un gol en contra.

Los dos presentaron nuevos entrenadores, pero los de Boedo fueron los que terminaron prevaleciendo por una falla de Portilla. Los otros goles fueron de Cuello y Sequeira.

 

La bienvenida a Carlos Tevez en Córdoba no pudo ser más amarga. En el primer avance a fondo, Ezequiel Cerutti envió una pelota sin peligro contra el área, pero Juan Rodríguez se tomó el trabajo de cargarla de veneno con un mal rechazo hacia el arco de Herrera. Alexis Cuello estaba a la caza para aprovechar la salida del arquero, y definir con sutileza por encima suyo a los dos minutos de juego (1-0).

El equipo de Boedo jugó a una marcha más durante el primer cuarto de hora, contra un rival estático y sin inventiva, que se repartía la pelota entre sus defensores. La presión asfixiante de los dirigidos por Ayude fue una marca distintiva en la visita, y Vombergar estuvo a un paso de ampliar diferencias, pero Herrera despejó su remate al córner a los 12 minutos.

El furioso arranque visitante se aplacó con el paso del cronómetro, y Talleres avanzó sobre el terreno de juego imponiéndose a fuerza de rigor a la hora de disputar la pelota, pero le faltaba mayor criterio a la hora de la finalización. El balón no pasaba por Rubén Botta. Cuando sí pasó por él, llegó el empate. Un toque rápido concretó una combinación y dejó a Luis Sequeira de frente al arco. El ex San Lorenzo estiró el esférico en dos oportunidades antes de sacudir un potente zurdazo, que le picó a centímetros a Gill e ingresó a la red en la última jugada del primer acto.

En el segundo tiempo, las imprecisiones fueron moneda corriente en los dos equipos. Escasearon las ocasiones de riesgo, hubo más cortes por faltas y los cambios no modificaron la dinámica del partido, que se alteró únicamente a los 40 minutos de la parte final gracias a un gol en contra de Juan Portilla (2-1).