El equipo de Gallardo no levanta y cada vez despierta más inquietud entre sus hinchas.
River invirtió una fortuna de millones de dólares para reanimar el plantel. Y sin embargo, no arranca, no emociona. Le cuesta tanto ganar que empató nueve de los últimos diecisiete partidos que jugó en lo que va del año, en los que marcó apenas catorce goles.
Pero no son los números la señal más grave de su actualidad. En la cancha, el equipo no transmite nada positivo, no ilusiona, no permite suponer un futuro optimista. En el campeonato, en la Copa Libertadores y en el próximo Mundial de Clubes. Los hinchas llenan el Monumental pero ven los partidos en silencio.