En el noveno mes del año las cuentas fiscales cerraron nuevamente con un superávit primarios de 816.447 millones de pesos y retomaron el superávit financiero por la suma de 466.631 millones.

 

En el noveno mes del año las cuentas fiscales cerraron nuevamente con un superávit primarios de 816.447 millones de pesos y retomaron el superávit financiero por la suma de 466.631 millones, este incluye también el pago de interés y amortizaciones por la deuda pública. Según informó el miércoles la Secretaría de Hacienda, el gasto público cayó 25 por ciento en términos reales versus igual mes de 2023 y los ingresos cayeron otro 8 por ciento, confirmando el doloroso proceso de ajuste al que someten a la población.

En el acumulado del año el superávit primario alcanzó 9,6 billones de pesos, un monto equivalente a 1,7 por ciento del PBI, y el resultado financiero fue de 2,4 billones, es decir 0,4 por ciento del PBI. Según el Gobierno este año cerraría con un superávit primario equivalente a 1,5 por ciento del PIB y el próximo lograría un saldo positivo de 1,3 por ciento del PBI y equilibrio en el balance financiero. El verdadero partido se juega en relación al resultado financiero y de allí que el proyecto de Presupuesto 2025 incorpore una serie de “salteos” a la Ley de Administración Financiera que rige el endeudamiento público.

“El superávit fiscal acumulado hasta septiembre se explica en un 31 por ciento por el recorte en jubilaciones y pensiones, 29 por ciento por el freno de la obra pública, 17 por ciento por menos subsidios económicos y 21 por ciento por la mayor recaudación del Impuesto País y de Derechos de exportación”, explicó LCG. Para el Gobierno los jubilados y la clase media se transformaron en casta y la casta en “héroes” que blindan el equilibrio de las cuentas públicas. Contento con los datos de septiembre, el ministro de Economía, Luis Caputo, posteó un breve mensaje en la Red X que decía “Cumpliendo con el mandato presidencial”.

 

Por Mara Pedrazzoli.