“Ella no tiene ninguna injerencia en la toma de decisiones”, le espetó por TV el Presidente. A la tensión acumulada que ambos arrastran desde la última campaña, se le sumó el operativo limpieza que baja desde la cúpula del poder libertario con miras al armado electoral del año que viene. “Este es el momento para dar un mensaje para abajo”, explican en Casa Rosada.
La relación entre Javier Milei y Victoria Villarruel está irremediablemente rota, y el Presidente expone esta tirantez como un mensaje disciplinador hacia el resto del universo libertario. Milei, ahora, vinculó a su compañera de fórmula al “círculo rojo” y a la “casta” y ratificó, para que no quedaran dudas, que la vicepresidenta no tiene “ninguna injerencia” en la toma de decisiones del gobierno al que pertenece. Las críticas del Presidente en una entrevista televisiva fueron una sorpresa para Villarruel, que se encuentra marginada hace tiempo de la cúpula de poder. La sorpresa no fue tanto el desplante -que es solo un capítulo más en la repetida novela de rencores del “triángulo de hierro” con la vice-, sino por el timing: Villarruel viene manteniendo un perfil bajo hace semanas, mientras que Milei viene arrastrando una positiva centralidad. Quienes lo conocen, sin embargo, advierten que el momento lo es todo. “Este es el momento para dar un mensaje para abajo”, explican.
La pelea entre Milei y Villarruel no es nueva, sino que se extiende desde el triunfo de la fórmula libertaria en las elecciones. Incluso antes. Ya en la campaña, cuando Villarruel jugaba a diferenciarse y se enfrentaba, así, a la logística electoral liderada por Karina Milei. O antes, durante el cierre de listas, cuando, según el entorno de Milei, Villarruel empezó a reclamar lugares en las listas bajo amenaza de retirarse de la campaña. Fue una cuenta de Twitter que maneja Santiago Caputo desde las sombras quien salió a instalar esta transgresión originaria: “Tal vez extorsionar amenazando con bajarse el día de cierre de listas no haya sido el mejor curso de acción”, deslizó la cuenta “MileiEmperador” poco después de las críticas presidenciales. En el entorno de la vicepresidenta, mientras tanto, no lo desmienten ni lo confirman. Pero la realidad es que, desde entonces, Villarruel fue meticulosamente apartada de todos los lugares de toma de decisiones.