La movida libertaria y los exfuncionarios del PRO terminaron confirmando que usaron el organismo para acosar a dirigentes y empresarios cercanos al peronismo y kirchnerismo.

 

La operación desatada por la Casa Rosada este lunes derivó en un escándalo. Los voceros de Javier Milei, difundieron una lista de 51 dirigentes y empresarios supuestamente protegidos por la AFIP a partir de 2016 y que estaban vinculados al kirchnerismo y al peronismo. Sobre esa base, el gobierno instaló una hipótesis insólita: que el macrismo protegió al kirchnerismo.

Tal como anticipó  el medio Página/12, la lista no era de protegidos sino todo lo contrario: los que el macrismo sometió a persecución, armando causas falsas que llevaron a prisión a algunos de los que figuran en la nómina. En otros casos, la justicia intervino las empresas y en otros los dueños tuvieron que vendérselas a amigos de la cúpula macrista. O sea, se probó otra vez la guerra desatada por el macrismo contra opositores tal como se había publicado el 15 de diciembre de 2020.

Pero más allá del análisis, el episodio del listado derivó en internas de todo tipo. Los libertarios acusaron a exfuncionarios macristas de tener un pacto de impunidad con el peronismo y los macristas afirmaron sentirse orgullosos de haber perseguido peronistas o sea, que tácitamente confirmaron que irregularmente entraban al sistema de la AFIP y que armaban grupos de tareas (así los llamaron, como en la dictadura) para ir contra dirigentes -entre ellos Cristina Fernández de Kirchner- y distintos empresarios. En el camino se sumaron internas calientes de la AFIP, con peleas y más peleas dentro del gobierno libertario y con el grupo macrista dentro de la AFIP que quiere retomar el poder y volver a perseguir.

 

La justicia no

 

A última hora de este martes, en el gobierno hicieron saber que no habría denuncia judicial de ARCA por la lista, sino una especie de sumario interno. Eso exhibe que todo se trata de internas, contra el macrismo y dentro de la propia ARCA, contra lo que queda del equipo de Macri.

No obstante, esta especie de todos contra todos termina echando luz sobre lo que fue el uso de del aparato del estado para perseguir opositores. Nuevamente aparece sobre la superficie que tenían listas, grupos de tareas que entraban clandestinamente al sistema, que espiaban y, lo más grave, apuntaron con todos los cañones a meter a opositores presos y a quitarles las empresas si las tenían. En la superficie posaban de republicanos.