El diputado Maxi Ferraro presentó un pedido de informes a raíz de la denuncia de que Laura Belén Arrieta podría haber ingresado al país con equipaje sin revisar. Se trata de una mujer de 32 años que formó parte de la organización de la CPAC y trabaja para empresarios vinculados a los servicios. Llegó procedente de Miami, en un Jet de lujo que estuvo ocho días en un hangar. La explicación oficial, floja de papeles.

El avión privado de matrícula extranjera N18RU despegó del Aeropuerto Internacional de Miami el martes 25 de febrero con destino a Buenos Aires y aterrizó ese mismo día en Aeroparque. A bordo viajaba Laura Belén Arrieta, una ex azafata de 32 años vinculada a distintas terminales libertarias y de los servicios que formó parte del comité organizador de la edición argentina de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), celebrada en diciembre pasado en el Hotel Hilton. Lo que sucedió a partir del momento en que bajó de la aeronave se convirtió en materia de sospechas para la oposición y podría derivar en un nuevo escándalo para Javier Milei. El diputado Maxi Ferraro, de la Coalición Cívica, presentó un pedido de informes para esclarecer si habría sorteado los controles aduaneros e ingresado al país con una serie de valijas sin revisar.

Las suspicacias se levantaron luego de que el periodista de LN+, Carlos Pagni, revelara la noche del lunes que Arrieta “llegó con una cantidad de valijas, no sabemos cuántas, pero parece que eran muchas” y que “cuando la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y la Aduana intentaron realizar un operativo (de control), hubo una orden de arriba que indicó que no se revisara nada”.

Fue a partir de esa denuncia que el diputado Ferraro presentó el pedido de informes, dado que, según planteó, hay “algunas preguntas que necesitan respuesta”. Entre ellas: ¿quiénes viajaban efectivamente a bordo del avión?; ¿quién dio la supuesta orden para que Arrieta eludiera los controles? y ¿qué personal de Aduana intervino en el procedimiento? También pidió los registros fílmicos del arribo de la aeronave al país.

“El Gobierno debe dar explicaciones en detalle de todo lo que pasó desde que el avión aterrizó hasta que la mujer en cuestión salió del aeropuerto. Si no hay nada que ocultar, el tema debería aclararse sin problemas”, le dijo Ferraro.

La lupa no sólo está puesta en el procedimiento, sino también en la protagonista. Arrieta tuvo un raudo ascenso en pocos años: pasó de ser empleada administrativa en una casa de artículos de cuero y de ser azafata de la empresa aérea Flyest, que quebró en 2021, a ser gerenta de empresas radicadas en Miami como OCP Tech y COC Global Enterpraise, tal como figura en su perfil de Linkedin. Su jefe en ambas firmas es un empresario con terminales en la CPAC y el mundillo republicano de Estados Unidos, Leonardo Scatturice, al que también se lo vinculó en su momento con la SIDE y la división de Inteligencia de la Policía Bonaerense.

El costo del vuelo privado en el que llegó Arrieta no bajaría de los 100 mil dólares, a lo que habría que sumarle los días de alquiler del hangar en el que (supuestamente) estuvo guardado, durante más de una semana. El avión en cuestión es además uno de los más lujosos disponibles. “Es cuanto menos llamativo el salto meteórico” de Arrieta, apuntó Ferraro.

Son esos vínculos entre los distintos personajes de la derecha conservadora regional, norteamericana y vernácula los que le dan relevancia al caso. Milei fue el principal protagonista de la edición local de la CPAC en diciembre pasado, de la que participaron desde el referente de VOX en España, Santiago Abascal, hasta la nuera de Donald Trump, Lara Trump, y Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Arrieta formó parte de la organización del evento, en el que juntó fotos con varios miembros del gabinete. Su jefe Scatturice fue parte de la organización hace dos semanas de la última CPAC de la que participó Milei, en Washington.

En Casa Rosada, en tanto, este martes le bajaban el precio a las sospechas. “Solo son rumores, no se le pueden dar entidad”, decían desde el círculo íntimo del Presidente.